jueves, 27 de noviembre de 2025

Nuevo y sellado

Ya le puse un pare (temporal) a seguir comprando formato físico. Ya saben, prioridades. Pero, en el último tiempo, alcancé a comprar uno que otro cassette. Entre ellos, éste. De época, nuevo, sellado, precio decente... tate. 


Y yo así, súper entusiasmado, le puse play. A los dos minutos se pegó la cinta y no corrió más. Decepción. La cinta pudo haberse apretado mucho en treinta años sellado, pensé. Fast-forward, rewind y a intentar de nuevo. Nada mejoró. Lo mismo. Ahí pensé que el que estuviera "nuevo y sellado", hablando de cassettes, no era garantía de nada. Me ganó el entusiasmo. A eso, sumemos que el cassette era de los sellados, o sea sin tornillos, por tanto, nada que hacer. Al final no sabía si era un problema de la caja, de la cinta, de la cassettera... o qué. 

Lo puse en otra cassettera. Lo mismo. Se seguía pegando. Después pensé que la almohadilla bajo la cinta podría estar degradada y por eso la cinta no corría. Traté de aflojarla empujando hacia dentro e incluso al final la arranqué a ver si con eso mejoraba. Nada. Seguía igual. Como medida desesperada, agarré un cassette viejo pero que corría bien, corté la cinta y la enrollé en la caja de ese otro cassette. Le puse play... y nada. Se seguía pegando. 

Ya, basta. Que esté todavía con su celofán no es garantía de que no estuvo guardado en un ambiente húmedo o a todo sol. Uno no sabe eso. Estaba mala la cinta y chao. Dejé tirado todo y lo que más me dolió fueron las lucas que gasté, el tiempo que perdí y quedarme con un cassette inútil y roto. No se lo doy a nadie. 

Esperé mucho para revisar ese cassette. Hice otras cosas, nunca lo pesqué y me confié en que estaba "nuevo y sellado". Con un cassette de hace treinta años, fue malísima idea. Pero no lo sabía. 

Pasaron un par de semanas, hasta que vi a un youtuber abrir uno de esos cassettes sellados con una cuchilla fina. Lo abrió súper fácil. Y recordé que tenía esa caja de cassette vacía y pensé en darle otra oportunidad. Tal como en ese video, y con un poco de cuidado, abrió sin daños. Pensé en meterle otra cinta dentro. Agarré uno de esos cassettes que Maxell (o sea, la compañía que tiene la marca ahora) volvió a vender y que compré hace poco (porque, de veras, soñé que alguien volviera a vender cassettes) y me dispuse a grabarlo desde la versión de Apple Music. 

Otro problemón. A la versión de streaming le faltaban dos temas. Curiosamente, dos duetos. Uno de ellos, temón. Siempre dije que no haría colaboraciones de nada porque al final la gente se distancia y se pelea, y esto me lo corroboró. Asuntos de plata rompieron la versión de streaming, pero en YouTube alguien subió esos dos temas faltantes. Así que, con mi desempolvada habilidad para el mixtape y haciendo playlists en Apple Music, integré esos dos temas faltantes y regrabé ese cassette, saqué la cinta de su caja Maxell original y la puse en la caja vacía blanca. Era un cassette de 90 minutos, sobró mucha cinta, pero nada, así no más lo dejé. No tengo habilidad para cortar y pegar cinta. Si funciona, no lo toques... dicen. Y como no quise repetir la burrada de hacer cassettes sellados (el Maxell era con tornillos), pegué los bordes con cinta Scotch blanca opaca para que, si vuelve a pasar algo, se pueda arreglar. Quedó de lujo. 


Así recuperé lo que el tiempo y el "sucio billete" que le dicen (no está de más decirlo) no me permitieron disfrutar. Y terminé con un cassette útil, "original" y que suena bien, algo que no se puede decir de muchos cassettes grabados de fábrica. El formato físico tampoco es infaliblemente santo. 


jueves, 6 de noviembre de 2025

«Y qué me importa a mí…»


«...lo que comiste, dónde fuiste, qué leíste. Estos tuiteros, cada uno en su mundito, escribiendo de lo que no le importa a nadie...»

Muchos años después, las redes se transformaron en espacios llenos de puros «influencers» vendiendo cosas. La gente común que tuiteaba de su día a día, por hobby y sin el objetivo de ganar plata, ésa ya no postea. Porque le perdió el sentido... y porque, con tanta amenaza a la privacidad, ya todo eso de mostrarse le parece inseguro.

Pareciera ser que nunca hubo una época más deshumanizada que ésta, dentro de la historia reciente.

Pero me imagino que esos viejos gruñones anti-tuiteros de los dosmiles, ahora deberían estar súper japi japi.