Sígueme en mi cuenta y hazte de nuevo una cuenta privada. Hay que reiniciar y reconectar...
Bueh, cómo te digo... Yo allá no vuelvo con un sucucho personal. Y este blog olvidado es parte de eso. Porque, aparte de que ya vengo de vuelta de las redes, los que aún tienen redes sociales personales (que no sean negocios, influencers o caquitas hechas con IA) ya como que no suben como antes. Algunos de plano ya ni suben. Todo se está desviando a lo privado. Un WhatsApp y listo. Que lo sepan tus súper-súper-cercanos y ya.
Vamos a hacer algo para que quede como un recordatorio del lugar a donde no debo volver. Vamos a poner una foto de esa vieja época. Pero vamos a sufrir. A sufrir mal, con ganas. Vamos a poner una foto cutre, charcha, penca, fea, de una época charcha, cutre y fea y que en su tiempo no le gustó a nadie.
El día que tuve que salir a las 6 de la mañana porque era justo el día de inicio de un nuevo servicio y por si quedaba alguna cagada. Esa calle ya no está así. Ahora hay edificios de lado y lado. Y ya no vivo ahí (aunque poco y nada se nota de dónde es).