lunes, 29 de septiembre de 2025

Una nueva victoria... del formato físico.

La semana pasada, los fans de 31 Minutos que se habían acostumbrado a ver sus capítulos en YouTube corrieron en círculos. Resulta que, de la noche a la mañana, todos reportaban que los capítulos de todas las temporadas habían quedado en privado y más de alguien lo asoció a cierta plataforma que compró los derechos. 

Pues nada. Ni ese comentario que, parafraseando a Calcetín con Rombos Man, proponía que los capítulos fueran un derecho, encuentra un lugar en un mundo en que, salvo las cosas más básicas, en la práctica todo lo demás es un producto de consumo. Los capítulos de tu serie favorita, también. Los chicos tienen que comer. Tal vez por eso aceptaron vender los derechos, y nada... pasó lo que pasó. Que nadie se queje, en especial si en el día a día le dan tanta importancia a la plata. Ahí tienen. 

Y aquí, viendo que la ocasión lo amerita, llega mi momento Quico. 


Desde el 2003 han pasado más de 20 años, bastante tiempo para, con calma, ir juntando todo esto. Y no era necesario ni apurarse ni pagar un turro de plata. Sólo esperar a verlos a buen precio y matanga dijo la changa. Las primeras tres temporadas en DVD y la película (filmada en desopilante Tuliocolor) las encontré en un Feria Mix (cuando aún existian). Y no cuento la cuarta temporada, la cual bajé en su época de las subidas en el mismo canal de YouTube, esperando ver la edición original en físico algún día para ir a comprarla. Nunca la vi en físico. Esa temporada mereció más amor, pero se encontró con un TVN raro que la tiró al prime del sábado a competir con cosas de adultos. Todo mal. Lo demás, incluyendo los discos y uno de los CDs de "Los archivos secretos...", el de Tulio, lo conseguí después. Aunque ya no tengo dónde ver ese CD. 

Ahora, supuestamente, los capítulos se pueden ver en cierta plataforma. Pero las plataformas compran los derechos por tiempo limitado, y puede que, en este caso, sea por uno o dos años. Después de ese tiempo, si nadie más ofrece plata, tal vez vuelvan al YouTube (o tal vez no)... hasta que pase lo mismo otra vez. 

Y quedan dos cosas, que aunque empelotantemente obvias, siempre saltan a la hora en que "quitan" de Internet algo que nos gusta ver o escuchar: las plataformas, y en particular YouTube, son frágiles, no son de fiar y nada es garantía de nada. Y segunda: ¡aguante el formato físico, mierda! Viva el formato físico. El formato que nos permite, de alguna forma, ser "dueños". 

Aunque dueño-dueño... siempre va a ser otro.