viernes, 12 de septiembre de 2025

Un promocional camuflado


Estas cosas no las conocía. O, mejor dicho, no las recordaba. 

Resulta que hubo promos de productos de consumo, preferentemente orientados a los jóvenes y que, entre sus premios, tenían cassettes o CDs promocionales como éste, que vi que vendían usado en uno de esos Insta de negocitos. Por la compra de una cantidad de cuadernos Mistral más algunas monedas, te podías llevar a casa uno de éstos. Y parece del todo genial, si no fuera porque los temas incluidos en el cassette no eran todos necesariamente temas top del momento, sino que en realidad eran temas que a una disquera X le interesaba promover. Aquí, por ejemplo, se ve que los últimos 3 tracks del lado B, a diferencia del resto, no eran temas de ranking ni sonaron en la radio, sino que eran otros temas de sus respectivos discos, que a la disquera, en este caso EMI, le interesaba promover pero que, al final, probablemente no fueron tan inflados por los medios. El interés genuino no era necesariamente crear un premio atractivo, sino más bien promover artistas para que, con suerte, nos dieran ganas de ir a la disquería a comprar el disco o, en un caso menos afortunado, pedir la canción en la radio. 

Como cabro chico cuyo papá trabajaba en esa disquera, me tocó ver mucho cassette y disco promocional llegar a la casa. Algunos terminaron vendidos por 2 pesos, otros regalados, otros perdidos y, no pocos, regrabados. Y los títulos de esos tracks que referí me son muy familiares, precisamente porque aparecían en esos discos, pero poco y nada salían por la radio o en los rankings locales. No sabía mayormente que se editaban esos mismos promocionales con la marca de un producto, para darlos como canjeables de una promo. Y estos cassettes eran a lo que muy probablemente se recurría cuando los artistas no te gustaban tanto y había que rápidamente conseguir algún cassette para grabar encima y no había monedas a la mano para ir a la esquina a comprar un cassette en blanco. 

Ahora, estas cintas agarraron cierto valor de coleccionista. Pero hace treinta años... no pensábamos en eso.  

Uf... esa época surrealista en que EMI quería vender a Jorge González y León Gieco como artistas pop... 


viernes, 29 de agosto de 2025

Pruebo otra plataforma de música y no, no es por eso que todos dicen


Hoy hice la prueba. Y, podría decirse, di el paso. Migré todas mis listas de música en streaming desde Spotify a... otro servicio. Porque si estoy pagando por no ver los avisos de YouTube y, en definitiva y por consiguiente, por un poco más de paz mental, era obvio que quisiera aprovechar el beneficio de música sin anuncios en... su plataforma musical hermanita. 

Pero no fue ése el motivo principal. O sea, es uno de ellos, pero no el fundamental. Tampoco es la chimuchina producto de las inversiones paralelas que, dicen, tiene el dueño de Spotify y de lo que todos comentan sin ver más allá de un título o el video de un youtuber aprovechando el trend. Tampoco es por su calidad de sonido (porque digámoslo, hay opciones mejores que YouTube Music en ese punto). Tampoco es por lo que media Lorolandia repite sobre el escaso pago de regalías de Spotify hacia los artistas y el cambio en los términos y condiciones para exigir un mínimo de reproducciones antes de pagar. Mucho menos es porque sea cool cambiarse. No, nada de eso. 

Por si interesa, la causa fundamental, mi causa fundamental, fue otra. Y ni siquiera estoy seguro que, con este salto, vaya a cambiar mi experiencia. Es el aleatorio de esa plataforma verde mi problema. Spotify no tiene aleatorio real. O sea, tenía, pero lo cambiaron a propósito. Porque hasta en eso meten su algoritmo. Y el resultado de ello es que, no importa si tus listas tienen 100, 500 o 10.000 temas, cada día te encontrarás con un puñado de canciones que suenan cada vez. Y estos últimos meses "dicen" que lo mejoraron y hasta en foros algunos usuarios comparten la que, según ellos, es la configuración definitiva-final-final-ahora-sí-que-sí que hay que cambiar para, por fin, "saltarse" el algoritmo y obtener el aleatorio real. Pues no. 

Y fue sólo en estas últimas semanas en que, según una de esas cámaras de eco de las redes sociales, se está produciendo el, según lo llaman, éxodo masivo, tanto de usuarios como de artistas. Nah. Las cámaras de eco hay que tomarlas siempre con una pizca de sal. O dos. Mis tracks siguen ahí. No es como que de pronto se haya desaparecido la mitad de los artistas. Ni cerca. Si hasta para eso son colorientas las cámaras de eco de las redes sociales. Pero ahora ya no existe el freno de esa tremenda playlist que te da flojera armar de nuevo. No. Ahora la migración de tus playlists es fácil y bonita. En mi caso, se oficializó el uso de una plataforma de terceros sin cargo para usuarios de YouTube Premium. Y Apple Music hizo lo mismo. 

17 mil canciones migradas... en dos patadas. 

Así que ahora intento tener un aleatorio de verdad y no escuchar todos los días las mismas 20 canciones. Y si no va a ser así, al menos lo intenté. 

sábado, 23 de agosto de 2025

miércoles, 20 de agosto de 2025

El último Walkman, dicen

Como saben que me gustan los aparatos antiguos, en una visita familiar me tenían esto. Dicen en Internet que es el último modelo de Sony Walkman cassettero que se vendió en los dosmiles, el WM-FX290. Dentro de lo triste que suena que haya sido el fin de un formato, presumía en su tiempo de más de 20 horas de cassette con UNA pila alcalina AA. No saben lo que era eso. 


Tenía la pila reventada hace años, desde cuando se guardó, olvidaron sacarla y, obviamente, derramó ácido. Pero con la gran suerte que, durante el tiempo en que estuvo guardado, estuvo con la pila hacia abajo, así que nada de ese ácido pudo corroer el board, creo. Ignoro qué producto se podria usar para eliminar óxido, así que hice lo mismo que con un brick-game hace un tiempo: raspé los terminales de la pila con un cuchillo (uy qué malote) y ahora la pila hacía contacto. 

Hubiese sido perfecto si no estuviera dañado el board. Yep. Probablemente producto de un golpe o caída, había un par de pistas rotas y, por tanto, los botones frontales, para escuchar la radio y otras funciones, nunca funcionarán bien. Hay gente valiente en videos de YouTube que restaura pistas rotas, pero requeriría de habilidades que aquí en casa no hay. ¡Pero la cassettera funciona! Una limpieza de rodillo y cabezal y quedó listo para seguir dándole. Y con muy buen sonido (no como esos "walkman" con USB del chino que los venden para digitalizar cintas y son espantosos). 

A veces, muy ocasionalmente, se escuchan unos chasquidos random que no están en la cinta sino que, ojalá no sea así, probablemente sean de alguna pieza que no aguantó los veinte años. Estas cosas nunca las diseñaron para durar tanto, mucho menos en el ocaso de un formato, en donde se sabe que ya no le ponen tanto cariño a las cosas que fabrican. Porque la idea es que se pasen al nuevo formato. 

Pero funciona. Le va a hacer compañía al mío, que tiene radio funcional pero cassettera muerta. De los dos hice uno (?).



martes, 19 de agosto de 2025

La oportunidad que no le he dado al MUT

La primera vez que fui al MUT, llevaba un mes y algo de abierto a público. Más precisamente, no fui, sino que me llevaron. Y la primera impresión fue entre desconcertante y desilusionante. Toda esa mole de cemento, media brutalista, junto a negocios que llevaban muy poco tiempo y muchos lugares vacíos o no terminados. Me dio la impresión de que quisieron abrir rápido, aunque no estuviera todo listo, para empezar a recuperar la plata cuanto antes. 

Pero hoy di con este video, grabado hace tres meses, y pensé que era hora de poner mis dos... tres pesos. 

Este año he ido pocas veces al MUT. Casi siempre, a recoger alguna compra en línea o a matar el tiempo. Pero nunca lo he recorrido completo (spoiler: el que grabó el video tampoco). Sin embargo, ya se puede decir que está, exceptuando algunos locales aún no ocupados, en plena operación hace rato. Y lo cementoso y rústico de la estructura, sumado a la discreta iluminación, hace que el colorido y la luz de los comercios brille. Tal vez ésa era la idea. Y además resulta paradójico, en una cosa entera hecha de cemento, que existan áreas verdes con piso de tierra. En un edificio. 

Hay un piso en el que existe un pequeño mercado de vegetales y locales comerciales de productos orgánicos. Para alguien que vivió toda su infancia y juventud yendo a la feria libre, le resultaría pituco y hasta siútico. Ehem, mi caso. Pero reconforta que entre tanto local de pequeños y medianos emprendedores, a uno, sin conocerlo siquiera, en uno que otro local, lo saluden amistosamente. Y eso choca un poco en un mundo en donde estamos acostumbrados a que las grandes compañías y los monopolios de servicios básicos nos den una calidad de servicio tan nefasta. 

Con todo esto, y muy a pesar del criticismo de muchos, denostando el edificio por andar copiando ideas foráneas, le plantó cara al típico "mall". Aquí casi no hay grandes nombres. Sólo algo distinto, reconfortante y que no teníamos. Aunque sigue no siendo mi sabor de helado. Llega un momento en que de tanto ver tiendas brillando, dentro de una cosa de cemento, y aunque sabes que hay pisos más arriba, no sigues porque ya te abrumas. Aunque dicen que el jardín arriba es maravilloso. 

Lo mejor, sin duda, la conexión con el Metro Tobalaba y esa entrada. De otro toque. 

Le daría la oportunidad. Pero me frena el reconocer que no es mi corte de carne. En realidad, aún no sé cuál es el mío. 


lunes, 18 de agosto de 2025

Un bosque... sin nombre

Iba a poner esto aquí hace meses, pero no tenía la referencia del lugar exacto. Y no la tenía porque este lugar simplemente no tiene nombre. Es un pequeño bosque aledaño a un hospital entre Schwalbach y Bad Soden, a unos 14 kilómetros de Frankfurt. 

Es un tanto reconfortante que, muy cerca de zonas pobladas, aún queden lugares así, escasamente tocados por la mano del hombre. Porque lo atraviesa una calle, que lleva al hospital, pero eso sería todo lo que le hicieron. 














viernes, 1 de agosto de 2025

Allá... no vuelvo

Sígueme en mi cuenta y hazte de nuevo una cuenta privada. Hay que reiniciar y reconectar...

Bueh, cómo te digo... Yo allá no vuelvo con un sucucho personal. Y este blog olvidado es parte de eso. Porque, aparte de que ya vengo de vuelta de las redes, los que aún tienen redes sociales personales (que no sean negocios, influencers o caquitas hechas con IA) ya como que no suben como antes. Algunos de plano ya ni suben. Todo se está desviando a lo privado. Un WhatsApp y listo. Que lo sepan tus súper-súper-cercanos y ya. 

Vamos a hacer algo para que quede como un recordatorio del lugar a donde no debo volver. Vamos a poner una foto de esa vieja época. Pero vamos a sufrir. A sufrir mal, con ganas. Vamos a poner una foto cutre, charcha, penca, fea, de una época charcha, cutre y fea y que en su tiempo no le gustó a nadie. 

El día que tuve que salir a las 6 de la mañana porque era justo el día de inicio de un nuevo servicio y por si quedaba alguna cagada. Esa calle ya no está así. Ahora hay edificios de lado y lado. Y ya no vivo ahí (aunque poco y nada se nota de dónde es).