Estas cosas no las conocía. O, mejor dicho, no las recordaba.
Resulta que hubo promos de productos de consumo, preferentemente orientados a los jóvenes y que, entre sus premios, tenían cassettes o CDs promocionales como éste, que vi que vendían usado en uno de esos Insta de negocitos. Por la compra de una cantidad de cuadernos Mistral más algunas monedas, te podías llevar a casa uno de éstos. Y parece del todo genial, si no fuera porque los temas incluidos en el cassette no eran todos necesariamente temas top del momento, sino que en realidad eran temas que a una disquera X le interesaba promover. Aquí, por ejemplo, se ve que los últimos 3 tracks del lado B, a diferencia del resto, no eran temas de ranking ni sonaron en la radio, sino que eran otros temas de sus respectivos discos, que a la disquera, en este caso EMI, le interesaba promover pero que, al final, probablemente no fueron tan inflados por los medios. El interés genuino no era necesariamente crear un premio atractivo, sino más bien promover artistas para que, con suerte, nos dieran ganas de ir a la disquería a comprar el disco o, en un caso menos afortunado, pedir la canción en la radio.
Como cabro chico cuyo papá trabajaba en esa disquera, me tocó ver mucho cassette y disco promocional llegar a la casa. Algunos terminaron vendidos por 2 pesos, otros regalados, otros perdidos y, no pocos, regrabados. Y los títulos de esos tracks que referí me son muy familiares, precisamente porque aparecían en esos discos, pero poco y nada salían por la radio o en los rankings locales. No sabía mayormente que se editaban esos mismos promocionales con la marca de un producto, para darlos como canjeables de una promo. Y estos cassettes eran a lo que muy probablemente se recurría cuando los artistas no te gustaban tanto y había que rápidamente conseguir algún cassette para grabar encima y no había monedas a la mano para ir a la esquina a comprar un cassette en blanco.
Ahora, estas cintas agarraron cierto valor de coleccionista. Pero hace treinta años... no pensábamos en eso.
Uf... esa época surrealista en que EMI quería vender a Jorge González y León Gieco como artistas pop...